Rutas
Mi cuenta
Galería
You are located in United States.Your booking will be managed in « $ ».
Compartir ruta:
Share Link on Facebook Share Link on Twitter Share Link on WhatsApp Share Link via E-Mail
A medida que el viaje atraviesa cuatro países, surge la pregunta: ¿cuál se convertirá en su favorito? ¿Holanda, con la vitalidad de Ámsterdam, una ciudad realmente deslumbrante? ¿Alemania, donde cada ciudad, pueblo y aldea resulta más impresionante que la anterior? ¿Las escenas de cuento de hadas en Francia… o el crisol de culturas trinacional en Suiza? ¡Difícil decisión! A bordo de este lujoso barco, el recorrido avanza por las aguas del Bajo y Medio Rin antes de girar hacia el oeste en dirección al Mosela. Allí, en cada paisaje, se perciben los vestigios de la influencia del Imperio Romano: huellas de su grandeza arquitectónica y de las viñas que plantaron, hoy convertidas en prósperos viñedos. De regreso al Rin, el viaje ofrece un momento culminante al atravesar el Desfiladero del Rin, una región repleta de castillos y viñedos, antes de internarse en el Alto Rin. Entre 1817 y 1876, este tramo del río fue enderezado, dragado, canalizado y hecho navegable por ingenieros alemanes — ¡una auténtica hazaña!
Ámsterdam, capital de los Países Bajos, deslumbra con sus canales, historia y arte. En la Plaza de los Museos, se exhiben obras de Rembrandt y Van Gogh, mientras que la Casa de Ana Frank conmueve con su relato. Más allá del centro, hay rutas de ciclismo, lagos y canales para deportes acuáticos. Su vibrante vida nocturna y coffee shops completan la experiencia en esta ciudad única.
Düsseldorf, ciudad con raíces romanas, floreció en la Edad Media como centro comercial textil y cervecero. Fue capital del Ducado de Berg y, en el siglo XIX, se convirtió en un foco de arte e industria gracias a su famosa escuela de pintura. Hoy, con más de 600.000 habitantes, es una ciudad vibrante y moderna, conocida por su moda, vida nocturna y festivales, que combinan tradición y cosmopolitismo.
Koblenz, en la confluencia del Rin y el Mosela, fue fundada por los romanos como “Confluentes”. Su posición estratégica la convirtió en fortaleza y centro comercial clave. Hoy, conserva murallas y torres medievales que evocan su pasado. Destacan la Fortaleza de Ehrenbreitstein, el Deutsches Eck y su encantador casco antiguo. El paisaje fluvial, con castillos y viñedos, completa el encanto histórico de la ciudad.
Traben-Trarbach es conocida por su impresionante arquitectura de estilo Art Nouveau, su rico patrimonio cultural y su pintoresca ubicación a lo largo del río Mosela. Los visitantes pueden explorar el castillo Grevenburg, el Museo de la Media Mosela y el Mont Royal. La ciudad también es conocida por su vino, con numerosas bodegas y bodegas que ofrecen degustaciones y tours. Y para aquellos que disfrutan de actividades al aire libre, Traben-Trarbach es un destino popular para practicar senderismo y ciclismo en las colinas y bosques cercanos.
Bernkastel, en el corazón del valle del Mosela, cautiva con su encanto histórico y entorno natural. La icónica Spitzhäuschen, con su arquitectura de entramado, sorprende a todo visitante. En la plaza del mercado destacan el ayuntamiento renacentista y la fuente del arcángel Miguel. Desde las ruinas del castillo de Landshut se disfrutan vistas espectaculares del valle. Un destino lleno de historia, arte y belleza paisajística.
Trier, la ciudad más antigua de Alemania, es un fascinante cruce entre historia imperial y tradición vinícola. Desde la majestuosa Porta Nigra hasta el anfiteatro romano y el elegante Palacio Electoral, cada rincón refleja siglos de poder y cultura. En la cuna del vino del Mosela, el legado romano sigue vivo entre catedrales, jardines y sabores que seducen los sentidos.
Cochem, joya del Mosela con 5.000 habitantes, cautiva por su ambiente animado y su belleza natural. Pasear por el río, subir a los viñedos y descubrir su castillo del año 1000, reconstruido por Louis Ravené tras su destrucción, es una experiencia única. Con pasadizos secretos y salones decorados con astas, el castillo fue vendido a los nazis en 1942. Hoy es propiedad de la ciudad y se puede visitar en visitas guiadas.
Rüdesheim, con sus edificios históricos, callejuelas sinuosas y los viñedos circundantes, es un destino turístico popular. La historia de la ciudad se remonta a la época romana y ha sido influenciada por diversas culturas y tradiciones. Uno de los puntos destacados de Rüdesheim es su cultura del vino. Aquí se encuentran algunos de los mejores viñedos de Alemania, famosos en particular por su Riesling. Una atracción popular es el teleférico de Rüdesheim, que ofrece vistas impresionantes. No se pierda la famosa bebida llamada Rüdesheimer Kaffee, una especialidad de café preparada con Asbach Uralt, un tipo de brandy alemán, y coronado con nata montada.
Estrasburgo es una hermosa ciudad francesa situada cerca de la frontera alemana. Conocida por su rica historia y su impresionante arquitectura, es hogar de la impresionante catedral de Notre-Dame y su icónica torre de reloj. Además, cuenta con el pintoresco barrio de La Petite France, que se encuentra junto al río Ill y está lleno de calles empedradas y casas con entramado de madera. La ciudad es también el hogar del Palais Rohan, un impresionante edificio del siglo XVIII que actualmente alberga tres museos.
Breisach, en Baden-Württemberg junto al Rin y cerca de Francia, combina historia, vino y naturaleza. Su catedral de San Esteban, del siglo XIII, mezcla estilos románico y gótico. En el corazón de la región vinícola de Baden, es famosa por sus vinos blancos y espumosos. Rodeada por la Selva Negra, ofrece paisajes únicos, pueblos encantadores y tradiciones como los relojes de cuco y el soplado de vidrio.
Basilea, en la confluencia del Rin y las fronteras con Alemania y Francia, combina historia, arte e innovación. Con raíces romanas, floreció en la Edad Media como centro cultural y de imprenta. Hoy destaca por su industria farmacéutica y museos de prestigio. Su catedral gótica del siglo XIII es un emblema de la ciudad, al igual que su célebre Fasnacht, un carnaval único que atrae a miles cada febrero.