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¿Se han visto detenidos sus planes de viaje porque una persona desea una escapada activa mientras la otra prefiere relajarse con todo el lujo? Con este exclusivo crucero de Riverside, ambas opciones son posibles. Pase ocho días navegando, pedaleando, o combinando ambas experiencias. Quienes tengan energía ilimitada podrán desplazarse en bicicleta de un puerto a otro; quienes prefieran descansar podrán admirar las vistas desde la cubierta Vista mientras nuestra tripulación se encarga de mimarles. Ya sea utilizando una de nuestras bicicletas eléctricas o trayendo la suya propia, un guía experimentado acompañará el recorrido mientras el Riverside Mozart le espera en cada escala. Descubra Viena, Bratislava y Budapest, las antiguas capitales del Imperio austrohúngaro, hoy unidas por el Danubio y los senderos naturales que recorren sus orillas. El itinerario también incluye paradas en Komárom, Esztergom y Visegrád, además de la sobrecogedora belleza del Recodo del Danubio. Al final de cada día, disfrute de cenas gourmet y eventos inolvidables a bordo. Es una experiencia en la que todos ganan.
Viena es una sinfonía de elegancia imperial y vitalidad moderna. Antiguo corazón de imperios, hoy seduce con sus palacios barrocos, la majestuosidad de su catedral y museos de clase mundial. Aquí resonaron Mozart y Strauss, pero también vibra el arte contemporáneo. Cafeterías históricas invitan a saborear un Apfelstrudel, mientras carruajes cruzan plazas que respiran historia y refinamiento.
Antes considerada una ciudad gris, Bratislava se ha convertido en una verdadera perla del Danubio. Su casco antiguo es una joya de la arquitectura medieval y barroca, con calles empedradas y edificios históricos como la Catedral de San Martín, el Ayuntamiento y el Castillo. Bratislava es hoy una ciudad vibrante y moderna, que atrae visitantes de todo el mundo gracias a su rica historia, su encanto y su gastronomía.
Komárom, dividida entre Hungría y Eslovaquia, simboliza la unidad entre dos naciones. Su historia se refleja en joyas como el balneario romano, con más de 1.700 años, y la fortaleza Monostori Erőd, con túneles que narran su pasado militar. Cerca, la Abadía de Pannonhalma, Patrimonio de la Humanidad, enriquece aún más esta región. Komárom fusiona historia, cultura y geografía en una experiencia singular.
La basílica de Esztergom es la iglesia más grande de Hungría y sede de la Iglesia católica húngara. Su Tesoro de la Catedral, inaugurado en 1886 para conservar y exhibir instrumentos litúrgicos, alberga destacadas obras maestras de gran valor artístico e histórico. Entre ellas destaca el Calvario del Rey Matías, una cruz de oro de más de cinco kilos procedente de Francia, tan emblemática como conocida. En la región, también merece la pena visitar las ruinas de la fortaleza de Visegrád y sus excelentes bodegas.
En 1325, el rey Carlos I de Hungría nombró a Visegrád sede real; sin embargo, este honor pasó a Buda hacia 1405. Visegrád es famosa por su fortaleza medieval con vistas expectaculares al recodo del Danubio, los restos de un fuerte romano en la colina Sibrik, el Castillo Inferior con su característica torre hexagonal y un majestuoso Palacio Real del siglo XIV con claustro gótico. Hoy atrae por sus baños termales y su exquisita gastronomía húngara.
No es de extrañar que muchos cineastas hayan elegido Budapest como escenario; películas como EVITA, INFERNO y SPY se rodaron aquí. Budapest impresiona como metrópoli y ciudad balneario, con su barrio del Castillo y el emblemático Puente de las Cadenas. Destacan las casas de colores pastel en Herrengasse, la Galería Nacional y el Laberinto, que también sirvió como prisión. Su preso más famoso fue Vlad Tepes de Transilvania, conocido en la historia y en los cuentos como el Conde Drácula. ¡Aquí hay mucho por ver y experimentar!