Rutas
Mi cuenta
Galería
You are located in United States.Your booking will be managed in « $ ».
Compartir ruta:
Share Link on Facebook Share Link on Twitter Share Link on WhatsApp Share Link via E-Mail
Este crucero de lujo por el Danubio lo tiene todo: al navegar desde Austria y Serbia hasta Croacia y Hungría disfrutará de su música, cultura, castillos, fortalezas, arte, historia y mucho más. Cada curva del río revela maravillas increíbles y paisajes que le dejarán sin aliento. Deguste los vinos y la gastronomía que han dado carácter a estas regiones y déjese envolver por las obras maestras de la naturaleza, como el inolvidable paso por las escarpadas gargantas de las Puertas de Hierro. En Belgrado (Serbia) y Vukovar (Croacia), conozca su turbulento pasado y descubra cómo sus habitantes han sabido resistir y salir adelante. Su aventura concluye en Budapest, una de las ciudades más bellas del mundo y, sin duda, ¡uno de los puntos culminantes de este crucero!
Viena es una sinfonía de elegancia imperial y vitalidad moderna. Antiguo corazón de imperios, hoy seduce con sus palacios barrocos, la majestuosidad de su catedral y museos de clase mundial. Aquí resonaron Mozart y Strauss, pero también vibra el arte contemporáneo. Cafeterías históricas invitan a saborear un Apfelstrudel, mientras carruajes cruzan plazas que respiran historia y refinamiento.
La basílica de Esztergom es la iglesia más grande de Hungría y sede de la Iglesia católica húngara. Su Tesoro de la Catedral, inaugurado en 1886 para conservar y exhibir instrumentos litúrgicos, alberga destacadas obras maestras de gran valor artístico e histórico. Entre ellas destaca el Calvario del Rey Matías, una cruz de oro de más de cinco kilos procedente de Francia, tan emblemática como conocida. En la región, también merece la pena visitar las ruinas de la fortaleza de Visegrád y sus excelentes bodegas.
En 1325, el rey Carlos I de Hungría nombró a Visegrád sede real; sin embargo, este honor pasó a Buda hacia 1405. Visegrád es famosa por su fortaleza medieval con vistas expectaculares al recodo del Danubio, los restos de un fuerte romano en la colina Sibrik, el Castillo Inferior con su característica torre hexagonal y un majestuoso Palacio Real del siglo XIV con claustro gótico. Hoy atrae por sus baños termales y su exquisita gastronomía húngara.
No es de extrañar que muchos cineastas hayan elegido Budapest como escenario; películas como EVITA, INFERNO y SPY se rodaron aquí. Budapest impresiona como metrópoli y ciudad balneario, con su barrio del Castillo y el emblemático Puente de las Cadenas. Destacan las casas de colores pastel en Herrengasse, la Galería Nacional y el Laberinto, que también sirvió como prisión. Su preso más famoso fue Vlad Tepes de Transilvania, conocido en la historia y en los cuentos como el Conde Drácula. ¡Aquí hay mucho por ver y experimentar!
El puerto de Mohács, en Hungría, es un importante nudo de comunicaciones que conecta la región con otras partes de Europa. Este bullicioso puerto facilita el tráfico de embarcaciones comerciales y de recreo. El puerto tiene una importancia histórica ligada a la Batalla de Mohács, que hizo que esta parte de Hungría estuviera bajo control otomano durante muchos años. Este puerto sirve como recordatorio de la compleja y rica historia de Hungría.
Poco conocida, pero merece la pena visitarla: Novi Sad fue fundada en el siglo XVII y rápidamente se dio a conocer por el comercio y la producción. Además, la ciudad se convirtió en centro de la cultura serbia, lo que le valió el sobrenombre de «Atenas serbia». La calle Dunavska, que lleva el nombre del Danubio, cuenta con bonitos edificios de dos y tres plantas. También merece la pena visitar la Plaza de la Libertad, con el Ayuntamiento y la Iglesia de Santa María.
La actual capital de Serbia ha tenido un papel destacado por su ubicación estratégica. Símbolo de numerosos conflictos, hoy su emblema es la fortaleza sobre los ríos Danubio y Sava. Hay mucho por descubrir, como el único baño turco conservado de principios del siglo XIX y el Museo Nacional. Su rica mezcla cultural también se refleja en la gastronomía, con platos influenciados por las cocinas turca y húngara, y repostería con toques austriaco-bohemios. ¡Un verdadero placer para los sentidos!
Bastión durante las épocas romana y bizantina, el pueblo serbio oriental de Golubac está rodeado de fascinantes yacimientos arqueológicos y de la imponente Fortaleza de Golubac, puerta de entrada al Parque Nacional de Đerdap y a las gargantas de las Puertas de Hierro. Aunque la fortaleza medieval contaba originalmente con diez torres defensivas, fue atacada repetidamente a lo largo de los siglos, pasando de manos entre turcos, búlgaros, húngaros, serbios y austríacos. En la actualidad, la Fortaleza de Golubac forma parte del Patrimonio Cultural Inmueble de Importancia Excepcional de Serbia y atrae cada año a miles de visitantes de todo el mundo, mientras que el pueblo de Golubac es un destino muy apreciado para la pesca, el senderismo y la navegación.
Donji Milanovac, en el corazón del desfiladero de Veliki Kazan y el Parque Nacional Đerdap, deslumbra por su belleza serena y su riqueza arqueológica. Cerca de aquí se encuentra Lepenski Vir, una joya prehistórica donde se hallaron esculturas y herramientas de hace 9.000 años. Naturaleza imponente, historia milenaria y una atmósfera cinematográfica convierten este destino en una experiencia única.
La ciudad serbia oriental de Kladovo tiene una historia de asentamientos que se remonta a la Edad del Bronce Temprana: la magia de tiempos pasados sigue siendo palpable. El emperador Trajano mandó construir en su día el legendario puente sobre el Danubio, y en el siglo I los romanos edificaron la fortaleza Diana, que formaba parte de un amplio sistema de defensa fronteriza. Kladovo combina historia viva con belleza paisajística y permite profundos conocimientos sobre la impresionante cultura de la región.
Vukovar, la ciudad más oriental de Croacia, renació con orgullo tras el asedio de 1991. Hoy, su casco antiguo restaurado da la bienvenida a visitantes del mundo entero. Impresionan la emblemática Torre del Agua, herida y resistente; el Cementerio Conmemorativo Nacional, conmovedor testimonio del conflicto; y el elegante Palacio Eltz, sede del museo de la ciudad. Una visita que entrelaza memoria, arte y espíritu indomable.
Es una de las ciudades más antiguas de Hungría, y sus 17,000 habitantes se enorgullecen de su historia y tradiciones. Destaca la Casa del Arte Popular, con 200 años de antigüedad, cuyas coloridas pinturas florales, realizadas por artesanas locales, decoran murales, platos, muebles y otros objetos cotidianos. Kalocsa es también famosa por su pimentón, que aquí se cuelga y seca por doquier. Este ingrediente, símbolo de Hungría, es el motor económico de la región que rodea la ciudad.