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Cualquier mención al sur de Francia evoca en la mente un remolino de imágenes sugerentes. Este crucero de lujo de una semana hará realidad sus sueños, especialmente durante la temporada de florecimiento de la lavanda. Comience en Lyon, donde podrá descubrir su impresionante patrimonio histórico y sumergirse en su cultura gastronómica de renombre mundial. A continuación, pondremos rumbo río abajo deteniéndonos en puertos encantadores como Chalon-sur-Saône, famoso por su arquitectura art nouveau, y Mâcon, donde una botica del siglo XVIII le ilustrará sobre las prácticas médicas de la época de Luis XV. El recorrida continua por Trévoux, con su castillo feudal en ruinas que se erige como un monumento a su glorioso pasado; Viviers, donde le esperan aromáticas trufas y muestras de arte rupestre prehistórico; y Aviñón, con su formidable Palacio de los Papas del siglo XIV. Disfrute de una cena en la cubierta* del barco mientras se maravilla con el magnífico paisaje del delta del Ródano, y considere unirse a una excursión a Aix-en-Provence o a la Camarga, el mayor delta de Europa occidental. O si lo prefiere, explore los cautivadores paisajes de esta región francesa a través de emocionantes actividades.
Lyon es la Meca de los gourmets pero también es viajar por 2000 años de historia, a través del Museo de Bellas Artes el casco antiguo con calles empedradas. La Basílica de Notre-Dame y una magnífica vista sobre la ciudad y el campo. También es la pintura sobre seda en el elegante barrio obrero de La Croix-Rousse, el templo gastronómico Les Halles de Lyon de Paul Bocuse y es la mejor cocina de los Bouchons. Oh là là – ¡Cuánta sensualidad! ¡Cuánto placer!
Mâcon es una encantadora ciudad con coloridas casas antiguas y la iglesia de San Vicente, rodeada de viñedos y prados. Al caminar por la ciudad y llegar a la Place aux Herbes, vale la pena detenerse frente a la casa de madera Maison de Bois, observar la fachada, y descubrir encantadoras grotescas y criaturas fabulosas. Por cierto, el jugador de fútbol francés Antoine Griezmann nació en Mâcon.
Tan hermosa y tan apacible.… la ciudad de Tournus es casi idílica. Su acogedor casco antiguo, y la antigua abadía con la fachada de la maciza iglesia de San Filiberto (el edificio románico de grandes dimensiones más antiguo que se conserva en Francia) es de visita obligada. La variedad de formas de las bóvedas la hace especialmente cautivadora. También es interesante visitar el Hôtel-Dieu, un antiguo hospital con mobiliario histórico totalmente conservado y una farmacia hospitalaria del siglo XVII.
Quelle surprise! La belleza de Chalon-sur-Saône comienza justo en Quai Gambetta, donde atraca el barco. Camine río arriba y descubra esta bonita ciudad, donde Julio César ya dejó su huella y cuyo museo está dedicado a la invención de la fotografía. En Chalon-sur-Saône, verá bonitas casas con entramado de madera y fachadas Art Nouveau. El Théâtre Piccolo sigue el modelo de la ópera real de Versalles.
Esta ciudad es una joya para los interesados en el ayer y el hoy. Vienne es una ciudad pequeña, pero ya contaba con 30.000 habitantes en el siglo II. El comercio y la navegación a vapor trajeron un boom en el siglo XIX. ¿Y qué se puede visitar aquí? Sin duda, el Museo Arqueológico, el complejo museístico de St-Romain-en-Gal con la Casa de los Dioses del Océano y los restos de las antiguas termas. Y después, lo mejor es sentarse en un café y disfrutar del presente.
Justo enfrente de Tournon, Tain-l'Hermitage es una ciudad en el departamento de Drôme, al norte de Valence. El vino Côtes du Rhone y el chocolate gourmet hacen de Tain-l'Hermitage un destino popular para los viajeros epicúreos y son la principal atracción para los visitantes. Todas las excursiones a Tournon se realizarán desde aquí.
Por la noche, las historias parecen revolotear desde los muros de las casas entre callejuelas estrechas y adoquines. Esta pequeña ciudad es una joya, un paseo por Viviers es un viaje a la Edad Media, porque la antigua ciudad episcopal se salvó de la destrucción de la guerra, y mientras conoce su historia podrá visitar pequeñas tiendas y como imprescindible la catedral, con obras de arte tan especiales como los cinco tapices, tres de los cuales fueron regalados al obispo por Napoleón III. Un punto culminante en el sentido más estricto de la palabra es el mirador de la parte alta de la ciudad. ¡Qué vistas de este lugar encantador!
Châteauneuf-du-Pape se traduce literalmente como "El nuevo castillo del Papa" y, de hecho, la historia de esta zona está estrechamente relacionada con la historia papal debido a su proximidad a Aviñón. Es famoso por sus impresionantes vinos, que producen vinos tintos de cuerpo completo elaborados principalmente con uvas Grenache, a menudo mezcladas con Syrah y Mourvèdre. El pueblo está presidido por su imponente castillo con una historia que se remonta al siglo IX.
Es un símbolo de la ciudad. Se curva sobre el Ródano y ha estado allí desde 1840. El Pont Saint-Bénézet se hizo famoso internacionalmente por la canción Sur le pont d'Avignon. Quienes lo cruzan se encuentran justo enfrente del Palacio de los Papas, uno de los edificios medievales más grandes e importantes de Europa. Hay que decir que se construyó por pura pereza: el arzobispo de Burdeos no se tomó la molestia de viajar a Roma para su coronación papal. Se hizo coronar en Lyon y construyó un palacio en Avignon. Un monumento.