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Su viaje comenzará en la medieval Nuremberg, una de las ciudades más evocadoras de Alemania, famosa por sus numerosos monumentos de la Segunda Guerra Mundial. Embarque en su crucero de lujo y navegue hasta una de las 16 esclusas más grandes del canal, donde descenderemos 80 pies (casi 25 metros) antes de llegar al monumento de la divisoria de aguas en Pierheim. Aquí, a 1332 pies (406 metros) sobre el nivel del mar, comenzaremos a navegar río abajo en dirección a Budapest. Durante el trayecto haremos paradas en Ratisbona, Passau, Linz y Melk. Algunos de los momentos más destacados de esta aventura incluyen el disfrutar de una auténtica cerveza bávara en una cervecería tradicional, un paseo en bicicleta hasta el monumento conmemorativo del Walhalla, o la opción de visitar Salzburgo, la ciudad de Mozart, así como también el encantador Český Krumlov en la República Checa. En Viena, descubrirá una ciudad vibrante, repleta de palacios opulentos, museos de renombre mundial y cafeterías de categoría. La última parada será en Budapest, la majestuosa capital de Hungría, que abarca ambas orillas del imponente Danubio.
Núremberg es una ciudad con una rica historia que abarca tanto la Edad Media como el siglo XX. El casco antiguo medieval está rodeado por murallas del siglo XIV y cuenta con una impresionante arquitectura gótica, incluyendo el castillo de Núremberg y la iglesia de San Sebaldo del siglo XII. La historia medieval de la ciudad se refleja también en las casas con entramado de madera bellamente conservadas, las estrechas calles y las fuentes históricas que se encuentran por toda la ciudad
Enclavada a orillas del Canal Rin-Meno-Danubio, Roth seduce con su historia milenaria y su encanto franconio. Entre callejuelas empedradas se alza el castillo de Ratibor, un palacio de caza del siglo XVI financiado con riquezas de Silesia. A su alrededor, joyas arquitectónicas como la iglesia gótica y el Riffelmacherhaus —una de las casas con entramado más bellas de Franconia— hacen de Roth una parada breve, pero inolvidable.
En la Edad Media, Regensburg fue una de las ciudades más influyentes del Sacro Imperio Romano Germánico y sede de asambleas imperiales. Hoy, esta joya a orillas del Danubio es Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO y una de las ciudades medievales mejor conservadas de Alemania. Iglesias imponentes, casas patricias, el puente de piedra del siglo XII y la histórica Wurstkuchl revelan su alma bávara y 2.000 años de historia.
Donde confluyen el Danubio, el Inn y el Ilz, Passau despliega su encanto barroco entre callejuelas adoquinadas y cúpulas verdes. Antiguo centro de manufactura de espadas legendarias, hoy seduce con su vibrante vida universitaria, la imponente catedral de San Esteban —que alberga uno de los mayores órganos del mundo— y la fortaleza Veste Oberhaus, que domina esta joya a orillas de tres ríos.
Linz es a menudo recordada solo por la tarta de Linz y la Sinfonía de Linz de Mozart. La ciudad es subestimada, con su plaza principal barroca y su hermoso casco antiguo. También se encuentra allí el Palacio Thun, donde Mozart se alojó una vez para presentar al Conde Thun-Hohenstein una nueva sinfonía. Pero como no la tenía consigo, la escribió apresuradamente en Linz.
Ninguna visita al valle de Wachau está completa sin descubrir la Abadía de Melk, joya barroca de Austria. Fundada en 1089 sobre un promontorio que domina el Danubio, aún habitada por monjes benedictinos, alberga la escuela más antigua del país. Destacan su biblioteca de manuscritos antiguos, frescos espectaculares, escaleras de caracol y la majestuosa iglesia abacial. Una experiencia espiritual y artística incomparable.
Viena es una sinfonía de elegancia imperial y vitalidad moderna. Antiguo corazón de imperios, hoy seduce con sus palacios barrocos, la majestuosidad de su catedral y museos de clase mundial. Aquí resonaron Mozart y Strauss, pero también vibra el arte contemporáneo. Cafeterías históricas invitan a saborear un Apfelstrudel, mientras carruajes cruzan plazas que respiran historia y refinamiento.
No es de extrañar que muchos cineastas hayan elegido Budapest como escenario; películas como EVITA, INFERNO y SPY se rodaron aquí. Budapest impresiona como metrópoli y ciudad balneario, con su barrio del Castillo y el emblemático Puente de las Cadenas. Destacan las casas de colores pastel en Herrengasse, la Galería Nacional y el Laberinto, que también sirvió como prisión. Su preso más famoso fue Vlad Tepes de Transilvania, conocido en la historia y en los cuentos como el Conde Drácula. ¡Aquí hay mucho por ver y experimentar!