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Los paisajes y sabores del Danubio austríaco se despliegan en todo su esplendor durante este inolvidable crucero de lujo. Embarque en Viena, la suntuosa capital de Austria, donde antaño caminaron los monarcas de los Habsburgo y los compositores más célebres. Luego, adéntrese en el valle de Wachau, un escenario de ensueño entre castillos de cuento y viñedos. Haga escala en la medieval Dürnstein, con su castillo en lo alto del acantilado y las leyendas de Ricardo Corazón de León; en Melk, con su majestuosa abadía de color ocre; en el pequeño pueblo mercantil de Mauthausen, marcado por su trágico pasado en la Segunda Guerra Mundial; y en Linz, una Capital Europea de la Cultura. Finalice su viaje en Passau, la Ciudad de los Tres Ríos y uno de los mayores centros de fabricación de armas blancas en Alemania durante el Renacimiento.
Viena es una sinfonía de elegancia imperial y vitalidad moderna. Antiguo corazón de imperios, hoy seduce con sus palacios barrocos, la majestuosidad de su catedral y museos de clase mundial. Aquí resonaron Mozart y Strauss, pero también vibra el arte contemporáneo. Cafeterías históricas invitan a saborear un Apfelstrudel, mientras carruajes cruzan plazas que respiran historia y refinamiento.
Dürnstein es un encantador pueblo de calles estrechas, dominado por la colegiata cuya torre azul es conocida como el "dedo de Dios". En lo alto se encuentran las ruinas del castillo, donde se puede descubrir una fascinante historia: el rey Ricardo Corazón de León fue encarcelado aquí y, según la leyenda, solo gracias a la ayuda de un cantante logró escapar de una muerte segura.
Ninguna visita al valle de Wachau está completa sin descubrir la Abadía de Melk, joya barroca de Austria. Fundada en 1089 sobre un promontorio que domina el Danubio, aún habitada por monjes benedictinos, alberga la escuela más antigua del país. Destacan su biblioteca de manuscritos antiguos, frescos espectaculares, escaleras de caracol y la majestuosa iglesia abacial. Una experiencia espiritual y artística incomparable.
Está rodeado de un magnífico paisaje, pero su nombre aún evoca dolorosos recuerdos: Mauthausen, lugar donde se ubicó el mayor campo de concentración en suelo austriaco durante la Segunda Guerra Mundial. Mauthausen se mencionó por primera vez en el año 1208 con el término «Muthusen».
Linz es a menudo recordada solo por la tarta de Linz y la Sinfonía de Linz de Mozart. La ciudad es subestimada, con su plaza principal barroca y su hermoso casco antiguo. También se encuentra allí el Palacio Thun, donde Mozart se alojó una vez para presentar al Conde Thun-Hohenstein una nueva sinfonía. Pero como no la tenía consigo, la escribió apresuradamente en Linz.
Donde confluyen el Danubio, el Inn y el Ilz, Passau despliega su encanto barroco entre callejuelas adoquinadas y cúpulas verdes. Antiguo centro de manufactura de espadas legendarias, hoy seduce con su vibrante vida universitaria, la imponente catedral de San Esteban —que alberga uno de los mayores órganos del mundo— y la fortaleza Veste Oberhaus, que domina esta joya a orillas de tres ríos.