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Este breve pero poderoso crucero de lujo le llevará a algunos de los puertos más memorables del Danubio. Primero, nos sumergiremos en la grandeza de Viena: la renombrada Ciudad de la Música ha sido hogar de algunas de las mentes más brillantes y los talentos más impresionantes a lo largo de los siglos, como Strauss, Mozart, Freud, Klimt, María Antonieta y otros. A continuación, navegaremos hacia Hungría para visitar Esztergom, que fue capital del país durante la Edad Media; Visegrád, con su importante castillo medieval y su ciudadela; y Budapest, la actual capital, famosa por su impresionante belleza y su espíritu indomable.
Viena es una sinfonía de elegancia imperial y vitalidad moderna. Antiguo corazón de imperios, hoy seduce con sus palacios barrocos, la majestuosidad de su catedral y museos de clase mundial. Aquí resonaron Mozart y Strauss, pero también vibra el arte contemporáneo. Cafeterías históricas invitan a saborear un Apfelstrudel, mientras carruajes cruzan plazas que respiran historia y refinamiento.
La basílica de Esztergom es la iglesia más grande de Hungría y sede de la Iglesia católica húngara. Su Tesoro de la Catedral, inaugurado en 1886 para conservar y exhibir instrumentos litúrgicos, alberga destacadas obras maestras de gran valor artístico e histórico. Entre ellas destaca el Calvario del Rey Matías, una cruz de oro de más de cinco kilos procedente de Francia, tan emblemática como conocida. En la región, también merece la pena visitar las ruinas de la fortaleza de Visegrád y sus excelentes bodegas.
En 1325, el rey Carlos I de Hungría nombró a Visegrád sede real; sin embargo, este honor pasó a Buda hacia 1405. Visegrád es famosa por su fortaleza medieval con vistas expectaculares al recodo del Danubio, los restos de un fuerte romano en la colina Sibrik, el Castillo Inferior con su característica torre hexagonal y un majestuoso Palacio Real del siglo XIV con claustro gótico. Hoy atrae por sus baños termales y su exquisita gastronomía húngara.
No es de extrañar que muchos cineastas hayan elegido Budapest como escenario; películas como EVITA, INFERNO y SPY se rodaron aquí. Budapest impresiona como metrópoli y ciudad balneario, con su barrio del Castillo y el emblemático Puente de las Cadenas. Destacan las casas de colores pastel en Herrengasse, la Galería Nacional y el Laberinto, que también sirvió como prisión. Su preso más famoso fue Vlad Tepes de Transilvania, conocido en la historia y en los cuentos como el Conde Drácula. ¡Aquí hay mucho por ver y experimentar!