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Si el Danubio es su destino soñado, ¡prepare las maletas! Este crucero de lujo de 12 días incluye los lugares imprescindibles de la región y sus legendarios puertos fluviales. Embarque en Viena, donde pasará dos días completos explorando con Riverside los majestuosos palacios, museos y la arraigada tradición de música clásica de la capital austriaca. También descubrirá Bratislava y Budapest, además de visitar Esztergom, la capital de Hungría durante la Edad Media, y el célebre valle de Wachau. Escuche las leyendas de Ricardo Corazón de León en Dürnstein, visite Linz, donde se creó la primera tarta del mundo, admire la impresionante abadía barroca de Melk y mucho más.
Viena es una sinfonía de elegancia imperial y vitalidad moderna. Antiguo corazón de imperios, hoy seduce con sus palacios barrocos, la majestuosidad de su catedral y museos de clase mundial. Aquí resonaron Mozart y Strauss, pero también vibra el arte contemporáneo. Cafeterías históricas invitan a saborear un Apfelstrudel, mientras carruajes cruzan plazas que respiran historia y refinamiento.
La basílica de Esztergom es la iglesia más grande de Hungría y sede de la Iglesia católica húngara. Su Tesoro de la Catedral, inaugurado en 1886 para conservar y exhibir instrumentos litúrgicos, alberga destacadas obras maestras de gran valor artístico e histórico. Entre ellas destaca el Calvario del Rey Matías, una cruz de oro de más de cinco kilos procedente de Francia, tan emblemática como conocida. En la región, también merece la pena visitar las ruinas de la fortaleza de Visegrád y sus excelentes bodegas.
En 1325, el rey Carlos I de Hungría nombró a Visegrád sede real; sin embargo, este honor pasó a Buda hacia 1405. Visegrád es famosa por su fortaleza medieval con vistas expectaculares al recodo del Danubio, los restos de un fuerte romano en la colina Sibrik, el Castillo Inferior con su característica torre hexagonal y un majestuoso Palacio Real del siglo XIV con claustro gótico. Hoy atrae por sus baños termales y su exquisita gastronomía húngara.
No es de extrañar que muchos cineastas hayan elegido Budapest como escenario; películas como EVITA, INFERNO y SPY se rodaron aquí. Budapest impresiona como metrópoli y ciudad balneario, con su barrio del Castillo y el emblemático Puente de las Cadenas. Destacan las casas de colores pastel en Herrengasse, la Galería Nacional y el Laberinto, que también sirvió como prisión. Su preso más famoso fue Vlad Tepes de Transilvania, conocido en la historia y en los cuentos como el Conde Drácula. ¡Aquí hay mucho por ver y experimentar!
Antes considerada una ciudad gris, Bratislava se ha convertido en una verdadera perla del Danubio. Su casco antiguo es una joya de la arquitectura medieval y barroca, con calles empedradas y edificios históricos como la Catedral de San Martín, el Ayuntamiento y el Castillo. Bratislava es hoy una ciudad vibrante y moderna, que atrae visitantes de todo el mundo gracias a su rica historia, su encanto y su gastronomía.
Tulln, una de las ciudades más antiguas de Austria, combina historia imperial, belleza natural y arte. Fundada por los romanos como Comagena, conserva un encantador centro histórico, jardines exuberantes y el legado del artista Egon Schiele. La fuente de los Nibelungos recuerda la leyenda de Kriemhild y el rey Etzel. A orillas del Danubio, esta “ciudad de las flores” florece con elegancia y poesía.
El hermoso valle de Wachau forma parte del Patrimonio Mundial de la UNESCO y es conocido por sus históricos viñedos. Deslícese por paisajes impresionantes y encantadores a la vez. Admire los pintorescos pueblos, los antiguos castillos y las laderas en terrazas a lo largo del Danubio. Déjese envolver por la perfecta combinación de belleza natural y arquitectura centenaria. No hay mejor panorama.
Dürnstein es un encantador pueblo de calles estrechas, dominado por la colegiata cuya torre azul es conocida como el "dedo de Dios". En lo alto se encuentran las ruinas del castillo, donde se puede descubrir una fascinante historia: el rey Ricardo Corazón de León fue encarcelado aquí y, según la leyenda, solo gracias a la ayuda de un cantante logró escapar de una muerte segura.
Ninguna visita al valle de Wachau está completa sin descubrir la Abadía de Melk, joya barroca de Austria. Fundada en 1089 sobre un promontorio que domina el Danubio, aún habitada por monjes benedictinos, alberga la escuela más antigua del país. Destacan su biblioteca de manuscritos antiguos, frescos espectaculares, escaleras de caracol y la majestuosa iglesia abacial. Una experiencia espiritual y artística incomparable.
Está rodeado de un magnífico paisaje, pero su nombre aún evoca dolorosos recuerdos: Mauthausen, lugar donde se ubicó el mayor campo de concentración en suelo austriaco durante la Segunda Guerra Mundial. Mauthausen se mencionó por primera vez en el año 1208 con el término «Muthusen».
Linz es a menudo recordada solo por la tarta de Linz y la Sinfonía de Linz de Mozart. La ciudad es subestimada, con su plaza principal barroca y su hermoso casco antiguo. También se encuentra allí el Palacio Thun, donde Mozart se alojó una vez para presentar al Conde Thun-Hohenstein una nueva sinfonía. Pero como no la tenía consigo, la escribió apresuradamente en Linz.
Donde confluyen el Danubio, el Inn y el Ilz, Passau despliega su encanto barroco entre callejuelas adoquinadas y cúpulas verdes. Antiguo centro de manufactura de espadas legendarias, hoy seduce con su vibrante vida universitaria, la imponente catedral de San Esteban —que alberga uno de los mayores órganos del mundo— y la fortaleza Veste Oberhaus, que domina esta joya a orillas de tres ríos.