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El ingrediente principal de nuestro crucero es la Navidad en Alemania... ¡con una pizca de Suiza y Francia para darle más sabor! El punto de partida y de llegada es Frankfurt, el centro financiero de Europa, que aún conserva su encanto de los viejos tiempos, ¡incluso un Christkindlmarkt (mercado navideño) que data de 1393! Seguimos hacia Mannheim, hogar de uno de los complejos palaciegos más grandes del mundo, y a Espira, de 2.000 años de antigüedad, donde descansan muchos emperadores y reyes alemanes. Después, nos sumergiremos en las maravillas de Estrasburgo, con un barrio de cuento, la Petite France, que tiene los más bellos canales que serpentean por un entorno de postal. Siguiente parada: Basilea, un punto donde se encuentran las fascinantes culturas de Suiza, Francia y Alemania. Además, durante todo el trayecto le quedará tiempo para hacer las compras con los lugareños en los mercados navideños.
La historia de Frankfurt am Main se remonta a más de 2.000 años atrás, cuando los romanos construyeron un campamento militar en este lugar. Con el tiempo, la ciudad se convirtió en un importante centro comercial, conectado por rutas comerciales con otras grandes ciudades europeas. Durante la Edad Media, Frankfurt se convirtió en una ciudad libre del Imperio. Durante el Renacimiento, Frankfurt desempeñó un papel importante en el desarrollo de la imprenta y en la difusión de la Reforma. Con la fundación de la Universidad de Frankfurt en el siglo XVIII, la ciudad se convirtió en un importante centro de la ciencia. En los siglos XIX y XX, Frankfurt experimentó importantes cambios, incluyendo la destrucción durante la Segunda Guerra Mundial. La ciudad fue fuertemente bombardeada, lo que provocó la pérdida de gran parte de la arquitectura histórica. Sin embargo, Frankfurt fue rápidamente reconstruida y se convirtió en un importante centro comercial y financiero en la posguerra, con la presencia del Banco Central Europeo y otras instituciones financieras importantes. El río Main es una característica importante de la geografía e historia de Frankfurt. Fluye por el centro de la ciudad, dividiéndola en dos mitades - el norte y el sur. El río fue crucial para el desarrollo de Frankfurt, ya que sirvió como medio de transporte de bienes y personas y como fuente de agua potable y otros usos.
Mannheim es una ciudad moderna en el suroeste de Alemania. Es conocida por su impresionante arquitectura, su rica historia cultural y su pintoresca ubicación en el río Rin. Los visitantes pueden explorar muchas atracciones de la ciudad, como el Castillo de Mannheim, el Parque Luisen y la Torre de Agua de Mannheim. La ciudad también alberga varios museos y galerías, como la Kunsthalle Mannheim, que muestra arte moderno y contemporáneo, y los museos Reiss-Engelhorn, que presentan la historia y la cultura de la región. Y para aquellos que les gusta ir de compras, Mannheim es conocida por sus muchas boutiques y grandes almacenes.
Speyer se encuentra en el suroeste de Alemania y tiene una rica historia. En el corazón de la ciudad se encuentra la Catedral de Speyer, un magnífico ejemplo de arquitectura románica que es uno de los edificios más grandes de su tipo en todo el mundo. La catedral fue encargada por el emperador Konrad II en el siglo XI y sirve como símbolo de su poder y autoridad. Los visitantes de la catedral pueden admirar su interior magnífico, con complejas bóvedas, vidrieras artísticas y un gran órgano del siglo XVIII. Además de la catedral, Speyer también alberga el Museo Tecnológico de Speyer, uno de los museos más populares de Alemania. El museo muestra una amplia colección de coches antiguos, aviones, locomotoras y otros maravillas técnicas de diferentes épocas. Los visitantes pueden explorar las diferentes secciones del museo, incluyendo una exposición espacial, una sala marítima y un área al aire libre con varios grandes aviones en exhibición.
Estrasburgo es una hermosa ciudad francesa situada en el nordeste del país, cerca de la frontera alemana. Conocida por su rica historia y su impresionante arquitectura, la ciudad es hogar de la impresionante catedral de Notre-Dame y su icónica torre de reloj. Además, cuenta con el pintoresco barrio de La Petite France, que se encuentra junto al río Ill y está lleno de calles empedradas y casas con entramado de madera. La ciudad es también el hogar del Palais Rohan, un impresionante edificio del siglo XVIII que actualmente alberga tres museos. Para los amantes de la cultura, hay una amplia selección de museos y galerías de arte para visitar, incluyendo el Musée d'Art Moderne et Contemporain y el Musée Alsacien. En definitiva, Estrasburgo es una ciudad encantadora que atrae a visitantes de todo el mundo con su rica historia y cultura.
Basel es una ciudad pintoresca suiza situada en la confluencia del Rin y las fronteras entre Suiza, Alemania y Francia. Los orígenes de la ciudad se remontan a la época romana, pero fue en la Edad Media cuando Basel se convirtió en un importante centro cultural y comercial. En el siglo XV, la ciudad también fue un importante centro de la industria de la imprenta, y en Basel se publicó el primer libro impreso del mundo. Hoy en día, Basel es conocida por su reconocida industria farmacéutica a nivel mundial, así como por su floreciente escena artística con varios museos y galerías de renombre mundial. La ciudad también alberga una serie de atracciones históricas, entre las que destaca la impresionante Catedral de Basel, una catedral del siglo XIII con impresionante arquitectura gótica. Basel es famosa también por su Fasnacht, que se celebra cada año en febrero y atrae a miles de visitantes de todo el mundo.
Kehl tiene una rica historia que se extiende a lo largo de varios siglos. La ciudad fue fundada en el siglo XII y sirvió como ubicación estratégica para el comercio entre Francia y Alemania. Con el tiempo, Kehl perteneció a varios territorios, incluyendo el Ducado de Württemberg, el Margraviato de Baden y el Imperio Francés. Durante las guerras napoleónicas, Kehl fue escenario de varias batallas y estuvo ocupada durante muchos años por tropas francesas. En el siglo XIX, Kehl se convirtió en un importante centro ferroviario y desempeñó un papel crucial en la industrialización de la región. En el siglo XX, Kehl fue gravemente dañada durante la Segunda Guerra Mundial y la reconstrucción de la ciudad llevó muchos años. Hoy en día, Kehl es una ciudad vibrante que combina su rica historia con un estilo de vida moderno. El Canal de Kehler, también conocido como el Gran Canal d'Alsace, es una importante vía fluvial que une el Rin con el Ródano. El canal fue construido a mediados del siglo XX para mejorar la navegación y el transporte entre los dos ríos. El Canal de Kehler tiene unos 50 kilómetros de longitud y pasa por varias esclusas, túneles y acueductos, siendo una importante hazaña técnica.