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Algunas ciudades europeas simplemente requieren más tiempo, y durante el Adviento, esto es especialmente cierto para Viena, Bratislava y Budapest. Descubra lo distintas que son estas capitales del Danubio mientras se sumerge en sus tradiciones navideñas. Comience en Viena, una ciudad de palacios majestuosos, museos fascinantes y elegantes cafeterías. En la Ciudad de la Música, las opciones para explorar y disfrutar son infinitas. Luego, diríjase a Bratislava, Eslovaquia, donde un castillo en lo alto de una colina domina el horizonte y aún se pueden ver las balas de cañón de Napoleón incrustadas en las murallas del casco antiguo. En Budapest, la experiencia es tanto visual como emocional. Hay innumerables lugares imprescindibles por descubrir, pero también sentirá el espíritu vibrante e inquebrantable del pueblo húngaro.
Aquí es donde suena la música. Viena es la ciudad de la música clásica. Viena es Mozart y Strauss. Pero también es arte urbano en la playa y diversión en el campo. Es bohemia y burguesía y el mejor barroco. Sin olvidar la Escuela de Equitación Española y una visita a una cafetería. ¡Tan rica! ¡Tan fascinante! ¡Qué ciudad!
Antes era considerada una ciudad gris y ahora, una perla del Danubio. Su casco antiguo es una maravilla de la arquitectura medieval y barroca, con calles empedradas y edificios históricos como la Catedral de San Martín, el Ayuntamiento y el Castillo. Bratislava es una ciudad vibrante y moderna, que atrae a visitantes de todo el mundo con su rica historia, su encanto y su gastronomía.
No es de extrañar que muchos cineastas hayan elegido Budapest como escenario. EVITA, INFERNO y SPY se rodaron aquí. Budapest impresiona, es metrópoli y ciudad balneario, es el barrio del Castillo y el Puente de las Cadenas. Las Casas de colores pastel en Herrengasse, la Galería Nacional o el Laberinto, el cual también sirvió de prisión. Su preso más famoso: Vlad Tepes de Transilvania, que pasó a la historia y a los cuentos como el Conde Drácula. ¡Aquí hay mucho que ver y experimentar!