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En este crucero de una semana por el Rin podrá descubrir las luces parpadeantes y las tradiciones centenarias de Suiza y Alemania. Visite mercados navideños únicos, donde podrá comprar a su aire y catar el auténtico Glühwein (vino caliente con especias) y deliciosos dulces típicos navideños. El barco zarpa desde Basilea, el punto de encuentro entre Suiza, Alemania y Francia, para surcar el Rin hacia Alemania. Pasaremos por Kehl, una ciudad intrigante que ha pasado de ser alemana a francesa y viceversa a lo largo de su historia milenaria; Mannheim, hogar de uno de los complejos palaciegos más grandes del mundo; Frankfurt am Main, el centro financiero de Europa; Bonn, la antigua capital de Alemania; Colonia con su altísimo árbol de navidad y su icónica catedral con dos torres y mucho más... ¡No se lo puede perder!
Basilea, en la confluencia del Rin y las fronteras con Alemania y Francia, combina historia, arte e innovación. Con raíces romanas, floreció en la Edad Media como centro cultural y de imprenta. Hoy destaca por su industria farmacéutica y museos de prestigio. Su catedral gótica del siglo XIII es un emblema de la ciudad, al igual que su célebre Fasnacht, un carnaval único que atrae a miles cada febrero.
Kehl, fundada en el siglo XII, ha sido clave en el comercio entre Francia y Alemania. Pasó por manos del Ducado de Württemberg, el Imperio Francés y Baden, y vivió intensas batallas durante las guerras napoleónicas. En el siglo XIX, su auge ferroviario impulsó la industrialización. Hoy es una ciudad moderna con herencia histórica, destacando el Gran Canal d’Alsace, vital para la navegación entre el Rin y el Ródano.
Mannheim, conocida como la “ciudad de los inventos”, vio nacer el automóvil y la bicicleta. Su imponente castillo barroco, el segundo más grande de Europa tras Versalles, domina el paisaje junto al Rin. El casco urbano en cuadrícula, la icónica Torre de Agua y museos como la Kunsthalle y los Reiss-Engelhorn completan una ciudad vibrante y cosmopolita, ideal para quienes buscan cultura con un toque de innovación.
Fráncfort del Meno, con raíces romanas, creció como centro comercial y ciudad libre del Imperio. En el Renacimiento destacó en la imprenta y más tarde en la ciencia con su universidad. Tras los bombardeos de la Segunda Guerra Mundial, resurgió como capital financiera europea, sede del Banco Central Europeo. El río Meno ha sido clave para su desarrollo, conectando y nutriendo esta ciudad dinámica y cosmopolita.
Mainz, a orillas del Rin, es cuna de la imprenta: aquí nació Johannes Gutenberg y revolucionó el mundo con los tipos móviles. Su legado se honra en el Museo Gutenberg, imperdible para los amantes de la historia. Entre callejuelas medievales, destacan la catedral milenaria, la Torre de Hierro del siglo XIII y el Palacio Electoral. Mainz también celebra el vino y el carnaval con la misma pasión que su rica herencia cultural.
Bonn, en el oeste de Alemania, destaca por su herencia romana y por haber sido capital de la República Federal entre 1949 y 1990. Esta etapa marcó su modernización y espíritu cosmopolita, sin perder el encanto de su casco histórico. La ciudad ofrece cultura y elegancia, con joyas como la casa natal de Beethoven y el Palacio de Poppelsdorf, actual sede universitaria rodeada de jardines y arquitectura barroca.
Köln, fundada por los romanos en el año 50 d. C., creció gracias al Rin y se convirtió en un próspero centro comercial. En la Edad Media fue clave en la Liga Hanseática y un foco de saber. Pese a guerras y destrucción en la Segunda Guerra Mundial, la ciudad renació y hoy combina industria, historia y cultura. Su símbolo es la imponente Catedral de Colonia, joya gótica y Patrimonio de la Humanidad.
Düsseldorf, ciudad con raíces romanas, floreció en la Edad Media como centro comercial textil y cervecero. Fue capital del Ducado de Berg y, en el siglo XIX, se convirtió en un foco de arte e industria gracias a su famosa escuela de pintura. Hoy, con más de 600.000 habitantes, es una ciudad vibrante y moderna, conocida por su moda, vida nocturna y festivales, que combinan tradición y cosmopolitismo.