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Cuando Holanda se sumerge en un mar de tulipanes, se convierte en un lugar verdaderamente especial para visitar. Se sorprenderá con los jardines y campos llenos de más de 150 especies de tulipanes: ¡una explosión de color y fragancia que simplemente debe experimentar! Comenzando y terminando en Ámsterdam, la encantadora ‘Venecia del Norte’ que tiene tanto que ofrecer: el renombrado Rijksmuseum, el famoso distrito de la luz roja y cruceros por el laberinto de sus encantadores canales. También visitará Nimega, escenario de batallas dramáticas durante la Segunda Guerra Mundial; Maastricht, donde la arquitectura gótica, románica y futurista se combinan en un paisaje urbano fascinante; la capital del diamante, Amberes; la pintoresca Gante, donde las delicias locales incluyen pralinés de chocolate; el bullicioso puerto de Rotterdam; y otras paradas igualmente fascinantes.
Ámsterdam, capital de los Países Bajos, deslumbra con sus canales, historia y arte. En la Plaza de los Museos, se exhiben obras de Rembrandt y Van Gogh, mientras que la Casa de Ana Frank conmueve con su relato. Más allá del centro, hay rutas de ciclismo, lagos y canales para deportes acuáticos. Su vibrante vida nocturna y coffee shops completan la experiencia en esta ciudad única.
Arnhem, en el este de los Países Bajos y a orillas del Rin, combina historia y naturaleza. Destacan el puente John Frost, la iglesia de Eusebio y museos como el Museo Nacional al Aire Libre o el de Arte Moderno. Su entorno natural invita a recorrer rutas de senderismo y ciclismo entre colinas y bosques. Arnhem es una joya cultural e histórica, ideal para quienes buscan arte, historia y paisajes.
Nijmegen, la ciudad más antigua de los Países Bajos, combina legado romano con una energía joven y vibrante. A orillas del río Waal, seduce con rincones como el Parque Valkhof, donde Carlomagno mandó construir un palacio, o la capilla de San Nicolás, de planta hexadecagonal. De Waagh, su histórica casa de pesaje, y sus elegantes parques invitan a disfrutar de una ciudad con alma milenaria y espíritu contemporáneo.
En el sur de los Países Bajos, Maastricht seduce con una fusión irresistible de historia, estilo y savoir vivre. Entre calles adoquinadas, palacetes, boutiques y cafés, emergen joyas como la basílica de San Servacio y el puente del siglo XIII. Cuna del euro y símbolo de libertad europea, invita a disfrutar de su vibrante vida cultural, una gastronomía exquisita y el arte de vivir junto al río Maas.
Amberes, histórica ciudad portuaria de Bélgica, destaca por su papel clave en el comercio desde la época romana. En el siglo XVI fue centro de arte, ciencia y diamantes, aunque también sufrió los saqueos de la Guerra de los Ochenta Años. Durante el siglo XIX, resurgió gracias a su nuevo puerto y al auge del comercio de diamantes. Hoy sigue siendo uno de los puertos más importantes de Europa, combinando historia, cultura y dinamismo económico.
Gante, fundada en el siglo IX junto al río Escalda, creció como un centro comercial clave gracias a la industria textil y su puerto. En los siglos XIV y XV vivió un auge arquitectónico gótico con joyas como el castillo de Gravensteen y el campanario. En el siglo XVI fue escenario de conflictos religiosos durante la Reforma. Hoy, Gante conserva su riqueza histórica y sigue siendo un núcleo comercial e industrial vibrante.
Rotterdam es una declaración de estilo: audaz, vanguardista y sorprendente. Tras la devastación de la guerra, renació como capital del diseño contemporáneo. Su perfil urbano, apodado el “Manhattan del Mosa”, deslumbra con rascacielos, el puente Erasmus —que se eleva como un cisne—, la torre Euromast y las icónicas Cubic Houses. Con arte, arquitectura y energía creativa, la ciudad mira al futuro con elegancia.